Como cada día, el calendario litúrgico de la Iglesia Católica recuerda a figuras destacadas de la historia cristiana. Este 27 de junio, el santoral tiene como principal protagonista a san Cirilo de Alejandría, un teólogo influyente del siglo V, defensor de la ortodoxia y figura clave en el Concilio de Éfeso.
Nacido alrededor del año 370, Cirilo fue patriarca de Alejandría durante más de tres décadas, en una época convulsionada por disputas teológicas y políticas. Su defensa de la maternidad divina de María frente a las enseñanzas de Nestorio fue decisiva para que el Concilio de Éfeso (año 431) proclamara a la Virgen como "Theotokos", es decir, Madre de Dios. Cirilo es considerado uno de los Padres de la Iglesia y fue declarado Doctor de la Iglesia por su legado doctrinal y pastoral.
Pero el 27 de junio no solo celebra a Cirilo. También se recuerdan otras figuras del santoral, entre ellas:
San Ladislao de Hungría, rey y cruzado del siglo XI, venerado por su defensa de la fe y su papel unificador en Europa Central. Fue canonizado en 1192.
San Zoilo y compañeros mártires, un grupo de cristianos que, según la tradición, fueron martirizados en Córdoba durante las persecuciones romanas del siglo IV.
Beato Andrés Franchi, obispo dominico del siglo XV conocido por su vida austera y su labor de mediación en tiempos de conflicto.
Aunque para muchos el santoral puede parecer una lista lejana de nombres antiguos, en la vida cotidiana de pueblos y comunidades todavía resuenan estos homenajes. En algunas regiones, por ejemplo, el nombre Cirilo sigue siendo popular, y no faltan quienes celebran su onomástico en este día.
La conmemoración del santoral, más allá de la fe, es también una forma de recorrer la historia, de asomarse a las luchas, ideas y valores de otros tiempos. Y, en días como el 27 de junio, nos recuerda cómo ciertos nombres han dejado huella tanto en la espiritualidad como en la cultura.